21 jul 2015

Tramposos

El otro día, en medio de una conversación, alguien contó algo de alguien que sólo yo conocía.  Tenía vinculación con su anterior trabajo, y lo contaba como mal ejemplo... Ese algo de alguien, se resumía en que alguien hizo trampa durante toda su vida laboral... y nunca le pillaron. Conozco a esa persona desde que tengo uso de razón. Sabía de primera mano que le habían dejado tirado... Pero desconocía la versión completa que luego, más en detalle, nos contaron. 
Entendiendo comportamientos...
Los tramposos. Caravaggio.
Me costaba creerlo, pero la duda se instaló... Hice un par de preguntas discretas, a una persona más discreta aún. Y la gente habla cuando se hace la pregunta correcta, en el tono correcto, y sabe de tu discrección...
Y entonces, até muchos cabos.  Comprendí entonces muchos gestos, muchos consejos, muchas promesas... Comprendí muchos silencios, muchas ausencias, muchas palabras que caían en el vacío... que no tenían continuidad en acciones y reacciones. Comprendí lo que significa tener la seguridad de ser intocable, de que aunque nunca te va a faltar quién te critique, a cambio te forras el riñón... y se olvida... Aunque los que compartieron esa etapa no olviden, y lo cuenten en una conversación, de la forma más natural... Comprendí lo que significa ser políticamente correcto, o diplomático... Comprendí personas y personalidades...
Y entonces pensé en mi vida, y sin comparar, sólo viendo acciones y reacciones de aquellos que me sirven de guía, me alegré de poder mirarme al espejo del trabajo limpio, de la honradez, de que cada acción tiene una respuesta. Me alegré de buscar cada día, muy cerca, ejemplos que son reales, que hasta hoy no son  señalados más que por la bondad, por la caricia, por la alegría, por el tesón, por el trabajo honrado. 

Y sí... callé. Aún no sabía todo... No era el momento de defender a quién sus acciones retratan... Pero nunca será nunca el momento de defender a aquellos que un día te dieron consejos, te hablaron como ejemplo de sabiduría, y al final todo eso no son más que globos que se desinflan a la menor oportunidad...
Es mejor no ser jade, no brillar, a que te recuerden por ser tramposo...

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