Valiente...

... muy valiente hay que ser para enamorarse. Muy valiente hay que ser para enamorar, para seducir... y luego, ¿retirarse? ¿negar? ¿señalar? ¿buscar culpables como excusa para negar todo? ¿asumir que te has enamorado? ¿asumir que has dicho palabras de amor, y que has hecho promesas? ¿asumir que la madurez es, sobre todo, crecer, conocer y reconocer?
 

Si no eres valiente para luchar, entonces no te enamores... ni enamores...

Compartir, o la convivencia, trae la idea de que esa persona te pertenece y no necesitas conquistarla... es lo que pasa en la mayoria de las parejas. La libreta de matrimonio (convivir bajo el mismo techo, independientemente de que exista un contrato de por medio, supone, de alguna manera, ser un matrimonio) da sentido de propiedad... y de para toda la vida...
La convivencia es un constante trabajo de adaptación. Hasta puede llegar el momento que no sabes que haces en esa relación... y los hijos aprietan, pero no ahogan (de hecho, los niños son esponjas que absorben el ejemplo de aquellos con los que viven y conviven cada día).