Salir de la zona de confort... |
Al empezar, tenía claras mis razones:
- Me gusta poner negro sobre blanco mis emociones, mis sentimientos, mis dudas, mis descubrimientos... En definitiva, mis reflexiones.
- Ser libre a la hora de escribir lo que quería, lo que sentía, lo que me ocupaba y preocupaba...
- Quería hacer algo diferente a lo que hacía en las RRSS (Facebook, Twitter, Instagram).
Ahora, justo tres meses después, me he dado cuenta de algunas cosas:
- Hacer algo diferente a lo que hacía en las RRSS, ha tenido un efecto sanador.
Me dí cuenta que en Instagram, buscaba la aprobación de seguidores (amigos, y páginas especializadas), etiquetaba a páginas para que alabasen alguna de mis fotos. El ego. Buscaba una aprobación imparcial. Creía tener que demostrar lo que veo, lo que siento, lo que me emociona a través de una foto. Qué triste el hecho de proyectar en otros lo que veo, lo que siento y lo que me emociona. Primero, dejé de subir mis fotos a Instagram. Reflexioné sobre ello. Y llegué a la conclusión de que había perdido el horizonte cuando empecé a usar Instagram: sólo compartir con mis amig@s mis fotos. Fotos personales. Con mi punto de vista. Sin considerarme abanderada de nada. Ni embajadora. Ni ejemplo ni ejemplar. Sólo aceptaba a amigos conocidos en la vida real (y alguna persona a la que había conocido en las RRSS, y con la que tengo contacto). Y así he vuelto a compartir ciertas fotos personales. No necesito los me gusta de Instagram. No necesito más que recordar el motivo por el que me dí de alta: estar en contacto con mis amigos a través de fotos y videos. He sanado. Ahora sí me reconozco. Cada cual es libre de buscar el aplauso, el me gusta, el comentario. Yo no lo necesito.
Respecto a Twitter, apenas lo uso más que para retwittear frases de sentimientos, de emociones... Nada personal. Alguna noticia de algún amigo que retwitteo.
Y en Facebook, sigo haciendo lo mismo de siempre: colgar noticias, fotos, videos, notas... A veces, genero debate. Otras, no surge. No pasa nada. Mis amig@s saben quién soy. Cada día, intento entrar y compartir un pensamiento positivo, realista, relajante. No entro en polémicas, ni busco vencer ni convencer. ¿Porqué, entonces, el blog? Por la posibilidad de escribir de forma anónima y no aburrir a mis amig@s con mis notas. Pero al final, en éste periodo de introspección, de meditación y sanación, me he dado cuenta de que el blog no era tan anónimo. De que no podía escribir con total libertad. Tenía miedo de ser juzgada por lo que podía llegar a escribir y que mis amigos pudieran pensar "que estaba dedicado a alguien".
Por eso mismo, decido poner punto y final a éste blog. Porque soy demasiado clara como para escribir sobre nada ni nadie de forma anónima.
Por que vivo en un pueblo, dónde los comentarios sotto voce se cogen con alfileres, dónde la gente siempre es capaz de señalar (sea cierto o no... el tiempo todo lo demuestra), dónde quiero seguir viviendo y que nadie pueda tener algún día que decirme escribiste esto sobre mí (o sobre cualquiera)... A día de hoy, puedo ir con la cabeza bien alta por el pueblo. Sin ser señalada por rumores, sin ser la comidilla de los vecinos. No soy ejemplo ni ejemplar: soy yo misma... A veces soy pasional, a veces me enfado (y si me enfado, puedo encerrarme en mí misma y tardar en salir a flote), y lloro ante las injusticias propias y ajenas. Podré gustar o no... Pero no quiero ser acusada de lo que no soy. No quiero dar argumentos en una sociedad tan pequeña dónde todos, en algún momento, necesitamos de todos (por el grado de familia, de amistad, o de vecindad... pienso en presente y en futuro). No quiero dar argumentos equivocos por escribir de forma anónima, porque las interpretaciones pueden ser duras, tremendas... No quiero dar argumentos porque aún tengo a mis padres, que con su ejemplo diario, me hacen mirarme en ellos. Menos es más. En todo. Para todo. Menos es más son tres palabras, con una carga emocional muy fuerte, muy intensa. No puedo hacer sentir vergüenza a los que me han dado la vida, la oportunidad de ser. A quiénes me han dado valores, raíces. A quiénes me dejan volar, pero saben que siempre puedo volver. O estar, permanecer. Porque en algún momento alguien comente alguna de las entradas con comentarios que tal vez no me gusten, pero que debo respetar...
Tal vez, algún día no muy lejano, vuelva a escribir otro blog... pero ahora, en paz conmigo misma, sabiendo quién soy, lo que tengo más claro, lo que he aprendido en éstos tres meses, creo que me merezco más tiempo de reflexión, de meditación, de pensar más en el presente, y considerar las acciones y los pensamientos de cara a las posibles consecuencias del futuro.
Toma el control de tu vida... |
Que la paz se instale en vuestros corazones.
NAMASTÉ.
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