... frente al espejo... |
Se comparten fotos de personas y personalidades... Algunas fotos, llevan mensajes rotundos, categóricos, firmes... Son lecciones que esas personas han compartido (a través de entrevistas, de agencias de comunicación, de presentaciones y de coloquios por el mundo), y nos dan a entender que debemos seguirles a pies juntillas... Y yo me pregunto: ¿de verdad podemos, y debemos, seguir el ejemplo de alguien que está a años luz de nuestro día a día? La respuesta es no... Ni podré ser tan categórica, tan firme, ni tan contundente en mis actos del día a día... Ni lo intento.
Entiendo que al compartir esas fotos de grandes personas uno quiere decir que "no va a ser menos que nadie" y que buscará "su parte de la tarta" para conseguir lo mismo... Y yo me pregunto: ¿de verdad somos capaces de hacer lo que ese ídolo para tener nuestra parte de la tarta? La respuesta, para mí, es sí. Hay mucha gente capaz de sacrificar a familiares, amigos, conocidos, jefes, vecinos, que presumen de ser quiénes no son. Es aparentar ser más: alto, guapo, rico, conocido, famoso; es aparentar ser mejor: cómplice, compañero, padre, madre, amigo, amante, jefe; es aparentar ser quién no eres por llegar a ser lo que tú ídolo. No eres capaz de reconocer que tu vida es tan apasionante, tan interesante como la estás viviendo ahora... Sólo quieres lo que no tienes, pero quieres sacrificar, y sacrificas, lealtades, principios, valores, respeto, amor, familia, amigos... Has dejado de entender y de comprender. Estás en un bucle del que no quieres apearte. No quieres reconocer que tienes una vida excitante, e intensa. Prefieres señalar más alto, más arriba, y dar a entender que no te conformas... Y conformarse, no es quedarse anclado. Es entender (mirando hacia atrás) todo lo que has luchado por conseguir lo que tienes. Conformarse, no es quedar atrás, sino volver a tu infancia y entender que tienes, tal vez, más de lo que nunca soñaste, más de lo que nunca imaginaste, y aún así sigues sin entender qué es la felicidad (y que la felicidad no se basa en cuántos trajes o vestidos tienes, ni en cuántos pares de zapatos puedes almacenar). La felicidad también es eso que haces: salir con tu pareja cada día a tomar unas cañas, o a cenar; la felicidad es ver crecer a tus hijos siendo niños sanos, curiosos, inteligentes, abiertos; la felicidad es tener salud y disfrutar con los tuyos aún haciendo un puzzle, o salir a la calle sin programar una ruta...
Sí, la gente es muy osada en las RRSS. Son capaces de insistir y machacar sobre lo que merecen, sobre quiénes creen ser, sin darse cuenta que están viviendo su vida, y que para vivir no hay que compararse, simplemente hay que sentir, emocionarse, soñar, y mantener las raíces y los valores en una sociedad que aparentemente es permisiva, pero que cuando te descuidas, te juicia y enjuicia... Para ser un ser social, hay que saber lo que se escribe, cómo se escribe, con qué matices, y qué queremos dar a entender... Para ser osado en las RRSS, sólo hay que señalar a otros, e ir de guays... Lo malo, o lo bueno según se mire, es que en las RRSS, además, hay gente real que nos conoce y/o reconoce... y a veces pensamos "no sabía yo que fulanito fuese tan machista; ni sabía que menganita fuese tan liberal; ni sabia tampoco que zutanito fuese ecologista". ¿Y porqué pensamos eso? La respuesta, para mí, es obvia: porque en nuestra día a día, en nuestra vida real, no somos tan osados, ni tan liberales, ni tan perfectos... Porque en la vida real tenemos que vivir y convivir con los medios que tenemos a nuestro alcance, y desde luego no todos conducimos un coche de alta gama, ni vivimos en mansiones, ni tenemos pagada la hipoteca, ni nuestros hijos son como los que aparecen en los anuncios, ni conversamos en la barra del bar del medio ambiente... Ahora sí, ahora podemos seguir siendo osados, atrevidos, valientes, radicales, cortantes en las RRSS... Ahora que nuestros familiares, amigos, compañeros de trabajo, no nos reconocen en las RRSS, podemos seguir insistiendo en aparentar ser quiénes no somos. Podemos seguir viviendo de cara a la galería: podemos cambiar, elegir, seducir, coquetear, insinuar, enseñar, mostrar, ocultar... lo que queramos. (Hasta podemos bloquear a familiares, amigos, parejas, compañeros de trabajo, de estudios, vecinos... para que no lean nuestras publicaciones... y quedarnos solo con aquellas que nos siguen el rollo...).
De nuevo, nos ponemos frente al espejo...
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