11 ago 2015

Anhedonia

Me cuentan un caso de anhedonia... y busco información en Google... 
Para qué te castigas, si no sirve de nada...
¿Será que vivimos demasiado deprisa, que buscamos el placer cómo única alternativa? ¿Debemos experimentar los elixires que tenemos a nuestro alcance? ¿Sabemos decir no? ¿O basta? ¿Nos debemos a los demás, o a nosotros mismos? ¿Sabemos hasta qué punto somos responsables de nuestra vida? ¿Asumimos que sólo tenemos una vida para vivir, o el reloj nos apremia y nos pone frente a la disyuntiva de vivir para nosotros o vivir para los demás?
¿Queremos, y debemos, ser ejemplo y ejemplaridad? ¿Para quién? ¿Para aquellos para los que escribo el blog? ¿O para mí misma, para mi interés en dar a conocer mi mundo, mi mente, mi alegría, mi  sueño? ¿Soy capaz de llegar a transmitir, a emocionar, a hacer pensar? ¿Soy lo que dicen las estadísticas de mi blog? ¿O soy la reflexión, la pausa, el pensamiento limpio, la sencillez?
 

La anhedonia es la incapacidad para experimentar placer, es el bloqueo anímico.
“No puedo aguantar mucho tiempo en un cine… apenas puedo leer un periódico… no puedo comprender qué placer o alegría buscan los hombres en las cafeterías, en los deportes, escuchando música, viajando…" “Si ,el mundo tiene razón… Soy el lobo estepario en un mundo que le es extraño”
Herman Hesse "El lobo Estepario"

La anhedonia puede reducirse a un aspecto concreto, como puede ser el disfrute por la comida, las relaciones sexuales, las actividades de ocio, etc. o puede suponer una respuesta generalizada ante cualquier circunstancia de la vida.
La anhedonia no es en sí misma un síndrome o un trastorno, sino un síntoma que nos indica la existencia de ese trastorno.
La ausencia de sentimientos placenteros es una situación anormal y nos lleva a pensar que la persona que la padece, sufre un trastorno de carácter grave.
Es uno de los indicadores más evidentes de la depresión, pero también se produce esta carencia en otros casos, como en los esquizofrénicos o en los alcohólicos y drogadictos durante el síndrome de abstinencia.
En muchos momentos de nuestras vidas todos sufrimos una cierta incapacidad para disfrutar de las cosas, cuando estamos tristes por alguna mala noticia o preocupados, estresados o irritados por cualquier circunstancia, nuestra capacidad de disfrute es prácticamente nula.
Por eso, para que esta incapacidad la podamos considerar como un síntoma de un trastorno, ha de ser prolongada en el tiempo. 
Pueden diferenciarse diferentes conceptualizaciones:
- La incapacidad para experimentar el placer, la anestesia o insensibilidad hacia el placer.
- La incapacidad para ser consciente del placer. En este caso lo que estaría alterado sería la emoción que debe acompañar a la sensación producida por el estímulo placentero. El placer estaría “embotado” pues la persona no reconoce la sensación como tal.
- La incapacidad para concientizar cualquier tipo de emoción y no solo el placer.
- Las personas pueden experimentar el sentimiento y la emoción pero son incapaces de expresarlo. Sería una especie de placer “aplanado”.
- La persona pierde el interés por el placer y esta apatía conduce al embotamiento afectivo.
Resultan muy beneficiosos: una dieta sana, realizar actividad física, pasar tiempo con las personas que conforman su red de apoyo social y regular el tiempo de sueño. Aunque este estilo de vida es particularmente difícil de conseguir por las personas una vez que padecen de la anhedonia más severa.
En estos casos, lo mejor es ponerse en manos de profesionales. Con la salud, no se juega.

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