21 jun 2015

Agradecimiento y perdón

Dar las gracias, y pedir perdón, son actos del corazón. Cuando se da las gracias, está claro que es porque se valora que alguien ha hecho mucho por tí. Cuando se pide perdón, es porque se reconoce una falta, un fallo, y con ese gesto das a entender que no volverá a ocurrir lo mismo.
Gracias y perdón
 Luego está el mensaje que llega, o que se altera... Pero eso, ya, no es cosa nuestra.
Nuestra responsabilidad está en actuar desde dentro, desde el corazón. Nuestra responsabilidad parte de nuestros valores, de nuestras raíces, de nuestra educación, de nuestra sensibilidad, de nuestros sentimientos. Somos responsables de lo que hacemos, de lo que decimos. No de las interpretaciones que de ello se extraen.  Todo acto, toda palabra dicha, tiene un momento concreto en el tiempo. Que nadie altere nuestros recuerdos, nuestras emociones. No consintamos que nadie compare (ni algo, ni a alguien), sólo para ganar una partida, una batalla.
Quién da gracias y pide perdón, actúa de forma generosa porque reconoce en otros la valentía. Quien recibe esas gracias y recibe ese arrepentimiento, debe entenderlo como un paso dado para hacer crecer esa relación.

Si nos piden perdón, pero olvidan el daño hecho y nos vuelven a dañar, entonces debemos entender que fue "un acto de educación", que no "de reparación". Si nos dan las gracias, pero luego nos lastiman recordándonos "lo que han hecho por nosotros", entonces comprenderemos que son personas que a la mínima que hacen por nosotros, nos agregan a la cuenta de "favores pendientes". Yo no tengo esa cuenta. Cuando hago algo por los demás, es porque quiero hacerlo. No por apuntarlo en ninguna cuenta, ni por buscar una medalla. La ausencia de ego es lo que rige mi vida. Sólo alma y corazón.

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