12 jun 2015

Lealtad

La lealtad es mucho más que las definiciones de la RAE:

lealtad.
(De leal).
1. f. Cumplimiento de lo que exigen las leyes de la fidelidad y las del honor y hombría de bien.
2. f. Amor o gratitud que muestran al hombre algunos animales, como el perro y el caballo.
3. f. p. us. Legalidad, verdad, realidad.

... aunque también es eso.
 
Ser leal es guardar fidelidad, es respetar unos principios y valores (tan en desuso en la sociedad actual dónde parece ser que prima el todo vale). Ser leal es no hacer nada que no te guste que te hagan a tí. La vida es evolución, claro está. El mundo cambia, es lo lógico y lo evidente. Pero si no tenemos unas bases que nos sustenten, que nos motiven, ¿de qué sirve vivir? ¿Para ser uno más, o como los demás? Vivimos en sociedad, rodeados de personas, de seres sintientes. Debemos vivir, convivir, empatizar con otros seres semejantes. Vivir es más que dejar pasar las fechas del calendario. Vivir es más que quejarnos de lo que nos ocurre. Vivir es más que señalar la maldad de otros. Vivir es dejar que cada cual encuentre su camino a la felicidad, al sueño, al deseo. Vivir es no entorpecer lo que otros quieren sólo por que nosotros no estamos de acuerdo. Vivir es alegrarse de la felicidad de otros. Vivir es desaparecer cuando no se aporta nada a otras personas. Vivir no es castigar a quién no piensa como tú. Vivir es más que hacer pagar los platos rotos a quién lo único que quiere es darte felicidad, amor, respeto, amistad, lealtad, compromiso. Todo eso es lealtad. A unos principios, a unos valores. Nadie merece el infierno sólo porque no viviríamos su vida. Nadie merece estar aislado sólo porque uno no sabe cómo acertar. Nadie merece el compromiso dado, la palabra jurada, cuando se deja de reconocer al otro. Eso, también es lealtad. Reconocer que la vida cambia, que nadie es imprescindible en la vida de nadie. Que hay gente que deja cicatrices allá por dónde pasa, y sólo llegan a nuestra vida para desnudar nuestra alma, nuestros sentimientos, nuestro corazón, nuestro cuerpo... porque así lo han hecho siempre y carecen de sentimientos, de lealtades, de verdad, de compromiso. Nadie debería jugar con nadie... pero lo peor, es que están entre nosotros. Son las personas que más y mejor nos conocen quiénes un día se quitan la careta y nos dicen "si quiero hundirte, lo voy a hacer. Sé cómo hacerlo". Y a ello se dedican. A impedirte sonreír, a impedirte disfrutar de la vida que quieres llevar (una vida sencilla, en paz, tranquila, con unos ideales propios, simples). Por cada momento que quieres disfrutar, harán algo para demostrarte que es un espejismo, que no lo conseguirás. Por cada momento feliz, harán algo para dañarte, para buscar que te arrepientas por querer compartir esa felicidad. Sólo buscan tus lágrimas, tu dolor. Que el pecho te oprima, que la cabeza te duela, que el dolor se instale en tu vida, que pases noches en vela, que tu cuerpo no admita alimento, que busques pedir perdón y te conviertas en una persona sumisa, obediente, y que olvides todo y disfrutes del momento... Y sólo, por ser como eres. Por ir por la vida con una sencilla idea: ser feliz con muy poco.

He demostrado casi siempre todo lo que se me ha pedido. Con pruebas más que con palabras. No voy a entrar en una guerra que no va conmigo. No necesito sentimientos negros. No quiero gente que me arrastre a dónde no quiero ir, a dónde no quiero estar. No se puede retener a quién no se quiere quedar. No voy a perdir perdón por ser como soy. Nadie es mejor que yo. Ni yo mejor que nadie. Prefiero la soledad, a vivir de cara a la galería, esperando el aplauso, el reconocimiento... Esas frivolidades, no van conmigo. Seguiré creciendo en afectos, en lealtades. Unos llegan, otros se van, y otros ya se fueron. Seguiré equivocándome. Soy humana. Pero no soy ciega. Y más que en las palabras, creo en los gestos, en las señales. Entiendo los silencios, las ausencias. Entiendo a la humanidad... y sé que mi lealtad es demostrada, y demostrable. No voy a ir a ninguna batalla, a ninguna guerra. Salvo la de mi corazón vs mi razón. Aún me queda por canalizar, por ordenar, qué hacer con mis sentimentos. Sacar de mi corazón aquello que amo. El tiempo tiene las respuestas. Es cuestión de tiempo... y todo vuelve a su sitio, a su orden lógico y natural...

Y seguiré buscando mis momentos felices con quién me importa, y a quiénes importo. Seguiré haciendo camino, derramando lágrimas, pasando noches en vela... Pero es mi vida la que debo vivir. Es mi vida la que vuelo.
Lealtad






No hay comentarios :

Publicar un comentario