La responsabilidad empieza desde dentro... |
La responsabilidad es reflejar lo que haces en actos, en acciones. Es dar y recibir. Pero la responsabilidad también es la comprensión, la empatía, el acercamiento, la escucha. De nada sirve ser responsable si luego haces lo contrario a lo que has expresado, a cómo actúas, a cómo vives, a cómo interpretas. Somos responsables de lo que decimos, del tono y las formas en las que lo decimos (y cómo queremos que se entienda). Nuestra responsabilidad pasa por un mensaje definido, bajo unas circunstancias y en un contexto concreto. Todo lo que sale de ahí (interpretaciones, tergiversaciones, generalizaciones) tienen más que ver con quién recibe el mensaje que con quién lo da. Es cierto que a veces nos faltan datos para comprender, pero en todo caso, es fundamental preguntar aquello que nos genera dudas, que nos plantea incomprensión. Nuestra responsabilidad es la de hacer más fácil y entendible aquello que hacemos, porqué lo hacemos. Es el reflejo de nuestra personalidad, de nuestra forma de vivir y entender la vida.
De nada sirve leer a Tolstoi, a Saramago, a Sampedro... si no entiendes lo que dicen, lo que expresan.
De nada sirve escuchar música en otro idioma, si no sabemos lo que dicen (pero nos atrae la sonoridad).
De nada sirve viajar a Thailandia, a India, a México, si lo único en lo que nos fijamos es en sus playas.
De nada sirve emplearse en mil tareas, si resulta que no entiendes el proceso, la finalidad.
De nada sirve ir al campo si vas con tacones, o un traje.
De nada sirve tener una familia y amigos, si luego resulta que no les das tu tiempo, tus oídos, tu respeto, tu cariño, tu amor.
De nada sirve estar en las redes sociales, si lo único que te importa es la foto con aquellos que tienen poder, categoría social.
De nada sirve vivir si no aprendes que la vida te da lecciones, y no te las repite por mucho que te quejes.
De nada sirve aferrarse a un título, a un curriculum, si luego no sabes apreciar a la gente que te enseñó, que te dedicó tiempo.
De nada sirve que te cuenten cuentos, historias, chistes, si lo que haces es decir ajá, qué bueno, qué bonito, jajajaja.
De nada sirve que cumplas años, que quemes etapas, si no dotas de contenido, de ejemplo y ejemplaridad a tu vida.
De nada sirve decir soy responsable, si luego resulta que no has aprendido, que no has captado el mensaje...
La responsabilidad es, ante todo, coherencia, respeto, admiración, tiempo, dedicación, escucha activa, silencio, meditación, aprendizaje, crecimiento, ejemplo, vida.
La responsabilidad empieza desde dentro... |
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