No me pasa nada, porque no sé explicar lo que me pasa (...),
no me pasa nada porque no sé cómo se llama, de qué se trata, si es algo de
verdad o no lo es, si entiendo mal las cosas o son ellas las que no se
dejan entender. No estoy bien, pero no sé por qué estoy mal, y ni siquiera sé
si esto es estar mal o estar bien, y enseguida me duele la cabeza cuando lo
pienso, y sin embargo no puedo dejar de darle vueltas a lo que me pasa, a lo
que de repente me gusta, y a lo que me ha dejado de gustar.
Almudena GRANDES. Estaciones de paso.
Había una vez un hombre que tenía cuatro hijos. El buscaba
que ellos aprendieran a no juzgar las cosas tan rápidamente; entonces los envió
a cada uno, por turnos, a visitar un árbol que estaba a gran distancia.
El primer hijo fue en invierno.
El segundo fue en primavera.
El tercero en verano.
El cuarto en otoño.
El tercero en verano.
El cuarto en otoño.
Cuando todos ellos habían ido y regresado; él los llamo y
les pidió que describieran lo que habían visto.
El primer hijo mencionó que el árbol era horrible, doblado y
retorcido.
El segundo lo negó, diciendo que estaba cubierto con brotes
verdes y lleno de promesas.
El tercer hijo no estuvo de acuerdo dijo que el peral estaba
cargado de flores, que tenia aroma muy dulce y se veía muy hermoso y era la
cosa más llena de gracia que jamás había visto.
El último de los hijos no estuvo de acuerdo con ninguno de
ellos, él dijo que estaba maduro y lleno de vida, pero marchitándose por tanto
fruto, y satisfacción.
Entonces el hombre les explicó a sus hijos que todos tenían
la razón, porque ellos solo habían visto una de las estaciones de la vida del
árbol.
El les dijo a todos que no deben de juzgar a un árbol, o a
una persona, por solo ver una de sus temporadas, que la esencia de lo que son,
el placer, regocijo y amor que viene con la vida, puede ser solo medido al
final, cuando todas las estaciones han pasado.
Si tú te das por vencido en el invierno, habrás perdido la promesa
de la primavera, la belleza del verano, y la satisfacción del otoño.
No dejes que el dolor de una estación, destruya la dicha del
resto.
No juzgues la vida por solo una estación difícil.
Aguanta con valor las dificultades y malas rachas porque
luego disfrutarás de los buenos tiempos.
No juzgues la vida por solo una estación difícil. |
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