9 jun 2015

No hay que esperar a quién no se quiere quedar...

Quién quiere estar en nuestra vida, se queda. Sin condiciones, ni amenazas, ni últimatums.
No hay que esperar a quién no se quiere quedar.

Quién quiere estar en nuestra vida, lo demuestra. 
Como nosotros demostramos quiénes nos importan. A quién queremos.
No podemos, o más bien no debemos, intentar retener a nadie que no se quiere quedar. No debemos arrodillarnos, ni suplicar, para que nadie se quede. Cada cual, elegimos dónde estamos a gusto, dónde podemos ser felices, dónde nos mostramos como somos, con quiénes podemos hablar y reírnos y soñar sin ser juzgados por ello. Por tanto, y por mucho que sintamos esa ausencia, debemos entender que hay quién quiere volar solo. Hay quién jamás llega para quedarse. Hay quién prefiere ir de flor en flor, y tiene miedo de quedarse. Me  gusta la gente que vuela en grupo (cuando toca), en pareja (cuando toca), y solo (también cuando toca). No quiero que nadie vuele por delante, ni por detrás de mí. Quiero que quién esté conmigo vuele junto a mí. Quiero que mi vuelo sea visible, no que mi vuelo sea ocultado por alguien que sólo busca su brillo, alguien que busca ser jade. Hay quién sigue buscando coleccionar piedras, y jamás apreciará los diamantes...

No hay que esperar a quién no se quiere quedar, y cuyo único activo es que llega a nuestra vida para dejar una cicatriz, que no huella, y su presencia nunca se hizo notar más que para demostrar un poder que nunca debió tener.

https://www.youtube.com/watch?v=tL0SJHu0dX8





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