22 jun 2015

Mensajes

Hay momentos en los que esperamos mensajes, llamadas. Señales de comunicación. 
No voy a correr... Ni a huir...
 Al recibir esa señal, nos alegramos por las noticias que casi siempre se nos da. En otras ocasiones, no esperamos ya ninguna comunicación. Ni directa, ni indirecta. El motivo es muy simple: la comunicación se produce cuando dos interlocutores quieren hablar, cuándo existe feeling, cuando hay confianza, cuando es posible la comunicación bidireccional. Pero cuando uno de los interlocutores rompe la confianza, el feeling, ya no se espera nada. Ni de forma directa, ni a través de intermediarios. Quién quiere recuperar la comunicación, es porque está dispuesto a ser humilde, a aclarar los malentendidos, a demostrar (con pruebas) que todo se puede cambiar, mejorar. Que la confianza, o su ausencia, es un acto del pasado (que como humanos, todos en algún momento podemos manejar mal, o malinterpretar).  ¿Y tú? ¿Eres de los que siempre tiende puentes? ¿De los que prefiere empezar de nuevo (dando infinitas posibilidades) con quién merece tu tiempo? ¿Estás atado a lo que los demás esperan de tí? ¿O crees que si alguien quiere quedarse, debe volver por sí mismo?
Yo lo tengo muy claro: nunca voy detrás de quién sabe dónde estoy. Si yo soy capaz de buscar tiempo, los demás también deben ser capaces de buscar su tiempo para mí. Por una razón de respeto, de humildad, de saber estar, de educación. El resto, es presionar... y en mi mundo de paz, no tiene cabida querer atrapar a nadie. 

Volemos libres, pero con quienes quieren volar con nosotros, a nuestro lado.

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