No hagas lo que no te gusta. Que los demás tomen sus decisiones. Tú solo eres responsable de tí. Aunque no te gusta lo que no veas, lo que no quieres ver.
No te metas dónde no te llaman. Si te llaman, es porque quieren que te metas... pero ten en cuenta que sólo eres responsable hasta cierto punto. Las decisiones las tomarán otros, no tú.
No tengas en cuenta la opinión de los demás. Nadie tiene tus zapatos, ni vive tu vida. Escucha, pero no te ates a lo que no te vence y/o convence.
Conócete a tí mismo. Dedícate tiempo a meditar si lo que haces, lo que dices, lo que quieres, lo que tienes, lo que piensas, es lo que quieres. Siempre estás a tiempo de evolucionar, de cambiar.
No seas egoísta. No pidas lo que no estás dispuesto a dar. Pero dispuesto a dar de verdad, con pruebas, con acciones. Las palabras no significan nada si no van acompañadas de gestos.
Nadie está por encima de nadie. No te compares. Sufrirás ante las injusticias, pero la vida es un efecto boomerang.
Ten un grupo de amigos de confianza. Pocos, pero buenos amigos. Es mejor tener un puñado de amigos leales, a estar solo. Pide pruebas de esa lealtad. Nunca te confíes.
Quita de tu vida aquello que no te aporte nada, o te haga sufrir. Rodéate de belleza, de magia, de sorpresa. Ni las ideas, ni las personas, ni las cosas, duran para siempre. Crece. En la vida, nada es permanente. Recupera tu vida.
Responde a lo que debas, o quieras. No estás obligado a dar explicaciones más que a los que te dieron la vida. Recuerda que las preguntas, como las respuestas, tienen interpretaciones. Sé claro, conciso, y sobre todo tú.
Busca tu paz interior. Que nada te altere, que nada te sea indiferente... Sé humano, pero reconoce que no sabes todo, ni puedes con todo.
Sabes que estás en el camino correcto, cuando pierdes el interés por mirar atrás. |
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